La Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques cumple 10 años de promover, defender e implementar los derechos de comunidades indígenas y comunidades locales y, como parte de la celebración, realizó su Asamblea Anual este jueves 10 de diciembre durante el VIII Congreso Territorial Mesoamericano.
Como parte de la ceremonia, se realizó una reflexión del recorrido de su primera década para repasar los logros y comprender los desafíos que presentan los próximos 10 años.
Una década de lucha y avances
En sus primeros 10 años, la AMPB ha visibilizado internacionalmente los procesos para defender y asegurar la implementación de los derechos territoriales. En el 2017, 4.58 millones de hectáreas adicionales fueron tituladas y designadas para el uso de comunidades indígenas y locales.
La construcción de capacidades y la promoción del intercambio de conocimientos entre sus miembros ha sido de vital importancia en ese tiempo. En particular, la evolución de la Escuela Mesoamericana de Liderazgo, capacita a jóvenes de la región para educarlos en conceptos clave de gobernanza territorial y cambio climático, y desarrolla sus capacidades técnicas como en el uso de drones para el monitoreo forestal comunitario y el manejo de redes sociales para construir campañas efectivas alrededor de derechos forestales.
En 2018, nació la Coordinadora de Mujeres Líderes Territoriales de Mesoamérica con un llamado a fortalecer la participación política y el acceso a fondos climáticos de las lideresas comunitarias. Desde entonces, el espacio ha crecido y se posiciona como una voz única en la región.
En noviembre del 2020, la AMPB lanzó un programa piloto para el Fondo Territorial Mesoamericano, desarrollado en conjunto con socios regionales clave y que tiene como objetivo canalizar financiamiento climático directo hacia organizaciones forestales comunitarias e indígenas. A través del piloto, trabaja con sus miembros para probar el concepto y asegurar que cada grupo tiene el apoyo administrativo que necesita para usar estos fondos de forma efectiva y sustentable, proteger sus derechos e implementar proyectos que desarrollen sus medios de vida.
En la última década, la AMPB ha construido relaciones fuertes con otros grupos territoriales fuera de la región para incidir en las instituciones de poder, los medios masivos, y en redes sociales, demandando el reconocimiento e implementación de derechos territoriales. Como colectivo, la Alianza Global de Comunidades Territoriales ha apelado directamente ante presidentes, Secretarios Generales de Naciones Unidas, celebridades de Hollywood y líderes religiosos alrededor del mundo.
Desafíos y lecciones aprendidas
La Alianza ha logrado impulsar significativamente las agendas de sus miembros a pesar de los obstáculos que se han presentado durante su primera década. La inestabilidad política de la región, la profundización de la desigualdad económica, la corrupción generalizada y la violencia del narcotráfico, afecta considerablemente los esfuerzos de los grupos forestales comunitarios e indígenas para proteger recursos naturales y promover medios de vida locales.
Otro de los desafíos es la retracción de protecciones para la sociedad civil por parte de gobiernos de la región, quienes se comprometen con industrias extractivas y agrícolas de gran escala como prioridades para el desarrollo económico. Las comunidades han chocado con compañías mineras, plantaciones de palma africana y empresas hidroeléctricas cuando sus operaciones han infringido los derechos territoriales comunitarios o han dañado recursos clave. Esto crea tensiones que han conducido a la criminalización de los defensores ambientales.
A pesar de los desafíos, la AMPB ha aprendido a movilizar con éxito sus conocimientos y experiencias para fortalecer la agenda de cada grupo. A nivel organizacional, los miembros han aumentado sus capacidades institucionales, así como su voz externa. Sin embargo, los líderes de la AMPB son conscientes de la necesidad de construir capacidades para todos los grupos y reunir suficientes recursos para hacerlo de una forma que sea acorde al objetivo de proveer una plataforma para el diálogo.
Descarga el documento “AMPB: Diez años promoviendo derechos comunitarios e indígenas, paisajes sustentables y justicia climática”.
Visión para un futuro inclusivo y verde
La AMPB ha utilizado estos primeros diez años para amplificar las voces de los pueblos indígenas y comunidades locales de la región con trabajo en diferentes escalas, desde proveer capacitación comunitaria en monitoreo forestal hasta organizar eventos de alto perfil en conferencias internacionales. Como una plataforma para el diálogo, ha aumentado el contacto y el intercambio de conocimiento entre pueblos forestales, pero también ha facilitado la comunicación entre estos grupos y políticos, donantes y ONGs que buscan moldear el futuro de los bosques de Mesoamérica.
Con el liderazgo de la AMPB, las comunidades indígenas y forestales han demostrado su capacidad de resistencia frente a desafíos extremos como el COVID-19 y los devastadores impactos de dos huracanes sucesivos (Eta e Iota). Se han esforzado por crear solidaridad, reconstruyendo los medios de vida basados en los bosques, aplicando medidas para garantizar la salud de la comunidad y trabajando para proteger los bosques y la vida silvestre de sus tierras ancestrales.
La Alianza defiende y reivindica que los derechos de pueblos indígenas y comunidades forestales —y el apoyo para asegurar su implementación completa— son fundamentales para la conservación y la mitigación del cambio climático basada en los bosques: Un futuro más sustentable y justo no puede ser logrado sin el respeto de estos derechos.