Sara Omi, abogada defensora del pueblo Ipeti Emberá de Panamá y presidenta de la Coordinadora de Mujeres Líderes Territoriales de Mesoamérica (CMLT) de la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques (AMPB), es una de las 100 Mujeres Poderosas reconocidas por la revista Forbes Centroamérica. El listado visibiliza los aportes de 100 “mujeres de talento en negocios, arte, deportes, ciencia, gobierno y política, activismo y derechos humanos” de la región.
Sara nació en una época de conflicto: su territorio estaba siendo invadido por parte de personas no indígenas. Su familia fue una de las reubicadas de forma forzada para la construcción de una hidroeléctrica con la promesa del desarrollo de todo Panamá. Sara fue testigo de la resiliencia necesaria para construir comunidad en un nuevo territorio, para seguir vivos y preservar sus formas tradicionales de vida en armonía con la naturaleza.
Heredera de esta lucha y del ejemplo de su madre, Omaira Casama, la primera mujer Cacique de su pueblo; Sara se involucró desde muy jóven en la lucha por los derechos indígenas, uniéndose a la Organización de Jóvenes Emberá y Wounaan de Panamá (OJEWP). Al conocer la situación de los otros pueblos indígenas de Panamá Sara se decidió a estudiar derecho, convirtiéndose en la primera mujer abogada indígena de Panamá y especializándose en derecho de las mujeres indígenas.
Entre sus logros más relevantes está haber sido presidenta del Congreso General Emberá de Alto Bayano y representar a los Pueblos Indígenas en espacios internacionales de relevancia como la COP26, la Reunión Regional de Expertas de las Américas para la elaboración de “Recomendaciones Generales sobre Mujeres y Niñas Indígenas” ante la CEDAW y, recientemente, en el Caucus de los Pueblos Indígenas, durante el VII Foro Regional de la ONU sobre Empresas y Derechos Humanos para América Latina.
Desde diferentes niveles de incidencia, Sara continúa firme en su compromiso por defender los derechos de los pueblos indígenas y elevar sus mensajes y buenas prácticas milenarias a espacios de toma de decisión climática a nivel mundial para aportar soluciones a la crisis climática que amenaza la vida en la tierra.
Las Guardianas de la sabiduría ancestral
El papel de las mujeres indígenas en sus territorios ha sido históricamente invisibilizado. Urge empezar a reconocer el aporte que realizan desde su labor de cuidado de lo vivo y responsables de la transmisión de conocimientos a las nuevas generaciones. La preservación de las semillas nativas, las buenas prácticas de agricultura ancestral, la enseñanza de la lengua y las tradiciones de sus pueblos por medio de la oralidad y el tejido, los conocimientos botánicos sobre plantas medicinales y los cantos rituales de sanación espiritual, son algunos de los invaluables aportes cotidianos que las mujeres indígenas en sus comunidades. A esto se suman labores políticas de incidencia, gestión y ejecución de proyectos de educación en temas de derecho, fortalecimiento de capacidades locales, reforestación y preservación de los bosques y la biodiversidad: así como de mitigación y adaptación al cambio climático.
Crear espacios para ampliar la resonancia de sus voces y saberes, tanto tiempo silenciados, es fundamental para lograr la verdadera justicia climática. Así mismo, los gobiernos y organismos internacionales tienen la responsabilidad de crear mecanismos para que los fondos verdes lleguen de forma directa y sostenible a las mujeres indígenas para que puedan continuar su labor ancestral como guardianas de los bosques.
Revisa la edición “100 mujeres poderosas” de Forbes aquí.